domingo, 21 de octubre de 2012

Son cosas que suenan a triste...

Da igual desde cuando conozcas a esa persona o cuantos momentos hayas vivido con ella…
Lo importante es cuanto llegues a quererla.

Todos los momentos que hayas pasado con esa persona, sean pocos o muchos, los vives dentro de ti como una película, en tu mente visualizas una continua película de los dos protagonistas, tú y la otra persona, y el espectador número uno de la primera fila es el corazón, a quien lo mismo le da por reír que por llorar.

Lo peor es que todo lo malo que haga esa persona te decepciona tanto que parece que el corazón se te ha bajado a los pies; después llega una gran desilusión y comienzas a preguntarte que tal vez esa persona que tanto quieres, no merece la pena, pero que sientes tanto por ella que tu vida, no es vida sin ella...
Y ahí es cuando empieza una guerra; entre la cabeza y el corazón, lo coherente y el amor.

La cabeza te pide a gritos un: ‘’joder, hasta aquí hemos llegado’’ y el corazón, que sin duda defiende a los sentimientos, te pide que luches.
En está batalla estás tú solo, no hay nadie que te pueda ayudar entre gritar: ‘’joder, hasta aquí hemos llegado’’ o que te calles y sigas luchando.

Sólo estás tú para decidir si sigues adelante cueste lo que cueste o por el contrario, cambies de película, la opción más fácil pero no indolora.
Que no voy a negar que en mi, espero que no haya victoria alguna, y que el corazón y la cabeza lleguen a un acuerdo y firmen la paz.


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